Los perros y los gatos, aunque no puedan hablar nuestro mismo idioma, sí poseen un lenguaje no verbal con el que expresan sus sentimientos. Ellos, al igual que nosotros, también dicen “te quiero” y saber reconocerlo es muy simple. Acá te enseñamos a descifrar el lenguaje corporal para que comprendas sus muestras de amor hacia ti.
Gatos
- El ronroneo: Si estás acariciándolo y ronronea, emitiendo un sonido entre profundo y suave, es un signo de amor.
- Levanta la cola: Si bien es signo de alerta y nerviosismo, también es de afecto cuando rozan contigo y la alzan al mismo tiempo, torciendo ligeramente su punta.
- Te mira y parpadea: Si te mira fijo y parpadea con lentitud es señal de confianza hacia ti y de que le das seguridad.
- Te lame: La lamida de un gato es un gesto de querer cuidarte, así que no cabe duda de que, ante su lengüetazo, te está diciendo que te quiere mucho.
- Se pone panza hacia arriba: Colocarse panza arriba es una muestra de afecto muy grande, ya que se expone a ti, al mismo tiempo que te pide que lo acaricies.
Perros
- Duerme en tu pieza: Si tu perro vive dentro de la casa y de todos los espacios decide dormir cerca tuyo, es una prueba de lealtad, ya que al igual que los lobos, los perros acostumbran a dormir juntos porque no quieren separarse de la manada.
- Te trae su juguete favorito: Si tu perro te trae su juguete favorito no siempre quiere decir que quiere jugar, también es que te considera líder de la manada, y por eso te ofrece su posesión más preciada.
- Te sigue a todos lados: Los humanos, a diferencia de los perros, somos seres muy sociables pero también necesitamos tiempo a solas. Los perros no y por ello que te siga a todas partes significa que donde tú estés, él también quiere estar.
- Sabe cuando estás triste o enfermo: Tu perro percibe cuando estás mal físicamente o emocionalmente, y lo demuestra permaneciendo a tu lado y apoyándose en ti para demostrarte su cariño.
- Te recibe con emoción: No importa si has estado fuera una hora o una semana entera, para tu perro la emoción de verte de nuevo es la misma. Por eso va hacia la puerta de entrada y mueve la cola, salta, ladra y te lleva “ofrendas”. Incluso hay perros que se hacen pipí cuando vuelven a ver a sus dueños después de mucho tiempo.